¡Es la
hora! Sale Ingrid de sus clases y quedamos en ir a buscarla, debemos apurarnos.
Llegamos
justo. Vamos al centro a buscar la ropa que habíamos dejado en el lavadero
automático
y aprovechamos para recorrer el centro cívico
y
algunos museos. Pincén saca del tarjetero de un museo una sola tarjetita de
hospedaje,
Increíble,
de todas las que había, saca el azar solo una ,y es justo frente a lo de
Luciano,
Un
complejo de cabañas que por su terreno pasa un arroyo natural y lo han
aprovechado
para
construir unas cascaditas, puentes y arroyitos, todo está muy económico,
porque,
como no
hay casi turismo por las cenizas deben aprovechar que algunos pocos
accedamos
a sus servicios, por lo que decidimos quedarnos, está totalmente equipada
con
calefactores de tiro balanceado en cada habitación, freezer, microondas, TV y
video,
wf, bañera, no le falta nada, ¡¡¡¡es un lujo!!!! Y hasta con desayuno incluido,
claro
que lo convencimos a Bocha y aquí pasamos la noche.
Y hasta
él miró algo de tele