Hoy trataremos de emprender el regreso, todavía nos falta ir
a la chacra de
Osvaldo a buscar otras piezas del auto, cargar y preparar la
camioneta y entonces sí,
proa al norte hasta casa.
Almorzamos tranquilos, por la tarde vamos a la chacra a
buscar las cosas que faltaban.
Grido, parada casi obligatoria, helados y ahora si en casa
de Ramón, Bocha prepara,
acomoda y reacomoda la Leque para que entren más cosas y
poder entrar también
nosotros para viajar. Ya son las 21 hs de este lunes y no sé
si zarparemos hoy.
Pincen ya esta bañado, carga el agua necesaria y espera las
ordenes del capitán para
levantar anclas. Yo continuo con la bitácora y Ramón prepara
la cena. A las 23hs
recibimos la orden de soltar amarras y levantar anclas,
ajustamos las coordenadas y
ahora si con todo nuestro tesoro cargado ponemos proa rumbo
al norte sin escalas (en
lo posible)
Anduvimos toda la noche,
rutas largas, derechas, zigzagueantes, subidas, bajadas,
lomas, pequeñas sierras, y
el viento cada vez más fuerte, pequeñas ondulaciones. Las
estrellas nos acompañan y
la delgada pero intensa luna ilumina el camino.
Son como las tres de la
mañana., siento olor a quemado, Pincén dice mas
específicamente a papel
quemado, estamos solos en la noche en el medio de una ruta
alumbrada solo por una muy
delgada luna y José decide parar a ver que sucede, dentro
de la camioneta no se ve
nada raro, pero al abrir el capot, una bola inmensa, naranja
toma dimensiones
descomunales y vuela por sobre el vehículo y sale corriendo por el
campo, parecía un Alien
recién nacido de las entrañas de la Leque, ¿un extraterrestre
naranja incandescente?
Corro tras el Alien, que
va dejando sus huellas brillantes en el campo, salto tras ellas y
las voy pisando, una a
una, corre veloz, se quiere escapar, brilla en su recorrido, hasta
que se cansa, se hace cada
vez más pequeño, hasta que finalmente muere.
Pincén ayuda rápidamente
con botellas de agua a limpiar la Leque y verificar si no
quedo ningún pequeño Alien
dando vueltas dentro del motor. Bocha, el partero de Alien
se ha quemado, es que son
demasiados cálidos cuando nacen y lo ha tomado
directamente con las manos
para ayudar a la camioneta a parir.
¿Qué sucedió en realidad?
José había puesto un
cartón para cubrir todos los troncos tallados por el agua y el viento
que levanté en el sur y
venían muy bien acomodados en el chapón bajo el motor.
Este cartón rozó la polea,
se calentó y comenzó a arder, ya había ablandado el vasito de
la nafta cuando Bocha de
un manotazo valiente lo arroja hacia fuera. Pincén corre con el agua y yo
zapateo por el campo para que no se incendie, el viento y la sequedad nos
juegan en contra. Pero lo
logramos y ahora sí que nos despertamos del todo para poder
continuar.
A lo lejos, 4 15 hs se
divisa en el horizonte una pequeña línea rosa y naranja, anuncia
que el sol se va acercando
cada vez más.
La línea más intensa se
torna del naranja al rojizo, y aparece el sol, intenso, brillante,
enceguecedor, pleno.
Nos pesan demasiado los
parpados. El sol ya bastante alto. Son las 8, paramos en Tres
Arroyos y dormimos un
rato.