jueves, 10 de noviembre de 2011

El pueblo de dos casas a puro ripio



Después de 120 km de desierto total llegamos al pueblo de Tamariscos
Cuenta todo el pueblo con dos casa una es museo, cerrado y la otra particular también
cerrada.
El viento que no para de soplar nos desvía hacia Facundo cruzando el Río Senger por
un amplio valle muy regado. Es un pequeño pueblo fundado hace solo dos años. Todas
casas iguales parecen ser de gendarmería.
Facundo y la p que te tiró, María Gaita nos juega una mala pasada y nos conduce por el
ripio
Camino largo, aburrido, ripio, viento, ripio, no podemos siquiera jugar ajedrez porque
en el ripio las piezas saltan y vuelan como acróbatas aéreos, sin vegetación, sin aves, ni
ovejas, solo ripio, viento y mas ripio, decido tomar unos km el volante, ¡que aventura!,
nadie para saludar y menos chocar, mucho ripio, gallega si pudiera te ahorcaría,
veníamos por un buen asfalto, ¿cuánto faltara para la próxima población?

¡Por fin Río Mayo!
Capital nacional de la esquila
Igual que Facundo todas casitas nuevas. Cargamos nafta y nos esperan 60 km más de
ripio hasta Perito Moreno.
 Habíamos andado ya 7 km de desierto, viento y ripio cuando
de la nada un paisano caminando nos hace dedo, va hacia la estancia Santa Elena. Lo
alcanzamos hasta el cruce de las rutas y le regalamos un paquete de galletitas dulces y
una botella de agua, ya que seguramente deberá caminar hasta la noche en este desolado
desierto antes de llegar a la estancia, va a ofrecerse para la esquila, ni siquiera tiene
seguridad de si lo tomaran ahí.
Subimos al nuevo asfalto, pero el viento no afloja, es cada vez más intenso y se
encapricha en querernos sacar de la ruta, pero Bocha con fuerza ayuda a la Leque y
ganan.
A lo lejos un cordón montañoso con picos nevados.
Cruzamos infinidad de liebres, una manada de guanacos, un ñandú y ovejas, ovejas y
más ovejas. Faltan 60 km para llegar a Chile bordeando el lago Buenos Aires, el mas
grande de Sudamérica después del Titicaca.