jueves, 17 de noviembre de 2011

Recorremos las playas pagónicas




Por la mañana súper duchas y a Las Grutas. Son las 7. Amanece. Partimos. Ya bañados.

El dormitorio armado en living, en dos horas más estamos nadando en el mar.

El sol ya calienta. Por las dudas tenemos las mayas puestas. Preparo el desayuno.

Llegamos a Las Grutas. Lindas casas, departamentos con vista al mar, cabañas

hermosas, pueblo pintoresco y fantasmal.
La calidez y la transparencia de las aguas permiten bucear y conocer una rica fauna marina. A unos 800 metros de la costa se sitúa el parque Submarino, el cual consiste en una restinga rocosa de unos 100 metros de extensión. También se puede practicar buceo en El Buque, 7 kilómetros al sur, y en Isla Mejillón, a 11 kilómetros en la misma dirección.



Desayunamos por segunda vez, recorremos la difícil costanera, todas las calles son

contramano y en la calle principal sobre el mar se puede andar solo a pie, para que no se

desmorone, la calle esta construida sobre una de las famosas grutas que ha hecho el mar.

Hay pleamar, caminamos por la arena, pero no nos metemos,

Sopla viento aun.

San Antonio Oeste, pueblo más fantasma que el anterior, una vieja estación de trenes y

un viejo puerto dan memoria de grandezas de pasado,

El barrio del ferrocarril se mantiene prolijo y antiguo con sus fachadas todas iguales

desde que se inauguro.

Seguimos a Viedma

¡Ay!! Esta Leque, se acostumbró a los desvíos y solita se mando para San Antonio Este,

más pintoresca, no la forzamos a seguir, a veces la dejamos que haga lo que quiera.

Almorzamos en Punta Caracoles, en la playa Las Conchillas. Toda la playa es nuestra.

Caminamos y juntamos caracoles, caracolas, conchas, conchitas y hasta Pincén

encuentra unas estrellas que me regala.

. Hace varias horas que no vemos a otro ser viviente más que nosotros tres y las aves.

Solos en el mundo.

Hace días hubo elecciones en el país, y todavía no sabemos que paso, tampoco nos

importo, ni nos preocupo, da igual, el circo será el mismo, lo mismos payasos.

Ahora si vamos a Viedma, tratamos de comunicarnos con Ramón, pero como no

contesta seguimos paseando y conociendo.

Recorremos parte de Río Negro y nos llama la atención una gran carreta, “La Pichona”,

bautizada así por su tamaño, capaz de cargar 500 bolsas de cereales de 50 kg cada una,

está emplazada en una plaza.

Cruzamos el puente para Carmen de Patagones. Calles altas, pero muy altas, con

repechos que bajan directamente al río en pronunciados barrancos.

Fundada en 1779,