domingo, 20 de noviembre de 2011

. Cirugía automotriz






De regreso a la casa de Ramón pasamos por una heladería para premiar el. día
Lavo toda la ropa, tierra, cenizas, mas tierra y mas cenizas quedan en el fondo del
lavarropas, porque acá si, lavo con el lavarropas, ¡que adelanto!, pero luego hay que
lavar la maquina porque la ceniza está cargada de metales que pueden arruinarla si
quedan depositadas en el fondo.
Amanece nuevamente y nos espera otro largo día de trabajo.
José le enseña a Pincén, distintas técnicas para aflojar las tuercas,explica, “las golpeas un poquito y aflojan”.
Cada hierro oxidado bajo cenizas acumuladas, descubre piezas originales inmaculadas
como las patas de motor, rúleman, juntas, tuercas, tuerquitas, arandelas, a Bocha se le
ilumina el rostro con cada martillazo, entre los tres tumbamos el auto para seguir
destripándolo, ahora las patas traseras. Pincén “instrumentista” alcanza las herramientas necesarias para la operación. Los dos están tan entusiasmados con el trabajo que ya es la una de la tarde y aun no quieren parar para almorzar.
Lequetán ya se ha hecho amiga de ventisquero y conversan toda la tarde
Continua el viento, tanto que hoy cocino dentro de la casa de Osvaldo, dueño del
campo, y oh sorpresa cuando voy a buscar a los hombres para que vengan a comer, no
siento el viento pegar en mi rostro, se detuvo, paró, no sopla, que delicia, un rato de
respiro. Sol patagónico más picante que el mismísimo viento. Los convenzo que entren
a comer, se apuran y continúan con la cirugía.
José debe llevar a Ramón al trabajo, pero la Leque no quiere arrancar, porque había
quedado con las luces prendidas y agoto toda la batería. ¿Será que se quedo con los
ojitos abiertos viendo atentamente lo que le paso al Ford A y se asustó?
Le hablamos, la empujamos, la alentamos, la convencemos y arranca. Ya regresan y
siguen cada vez mas descuajeringándolo, ¡que palabra larga!, como la tarea de
descuajeringarlo, así de larga, ya son las 20 hs y el sol todavía está bastante alto.
Mañana domingo no se trabaja, por lo que estamos invitados a navegar a vela por el Río
Negro, tal vez salgamos al mar o visitemos una isla donde se encuentra el eucalipto más
ancho de Sudamérica,