viernes, 4 de noviembre de 2011

lagos Mascardi, Puelo, Epuyen, camino a Esquel



Nos despedimos de Ingrid y Luciano, también intercambiando un par de obsequios y

recordando los que habíamos intercambiado en el viaje anterior. Luciano se sorprendió

cuando vio que aún conservo la pepita de oro que me regaló cuando nos conocimos.

Ingrid nos obsequia un par de mandalas confeccionadas por ella. La de colgar por su

puesto ya la pusimos en nuestra Leque y Pin se entretiene en el viaje con las formas de

la mandala tratando de inventar nuevas historias.

¡Hasta la vuelta! ¡Hasta cualquier momento! ¡Hasta siempre!

Continuamos nuestro recorrido por los siete lagos.

Se ha hecho medio tarde para continuar, pero trataremos de llegar al Bolsón. Pasamos

por lago Mascardi al atardecer, recorremos los 100 Km. del Cañadón de la Mosca,

camino más que largo y difícil y sobre todo para hacerlo de noche, pero finalmente

llegamos a nuestro nuevo destino: 
El Bolsón.

Estación de servicio, wf, duchas, camiones, muchísimos todos derechitos y en silencio,

casi ni respiran. Las duchas son las mejores de todos el viaje, inclusive arriesgaría a

opinar que mejor que las del Hostel. ¡Que manera de dormir! Como habremos dormido

de bien que nos despertamos tardísimo, a las 8,30 de la mañana. Nos levantamos, por

supuesto que otra ducha espectacular y vamos a la dirección de turismo para hacer las

averiguaciones pertinentes para armar nuestra travesía diaria.

El Bolsón se ve más fértil, acá el verde brota sin dificultad, es un gran valle entre

montañas nevadas, cascadas, lagos y lagunas.

Lago Puelo solo a 15 Km.

Conversamos con el guardaparque y la gente de prefectura. Imposible ingresar a la

laguna, el viento lo impide, la idea era hacer buceo y cruzar en barco para Chile, pero

será en otra oportunidad.

Llegamos al bosque de las sombras, en el parque nacional Lago Puelo, el bosque de los

pitrantos, árboles que crecen solo en zonas inundables. Es un espeso bosque de pitras,

parientes de los arrayanes donde se ha aprovechado para hacer un recorrido y observar

su fauna y flora sobre un gran piso de maderas. Aquí se observa la interrelación de las

plantas y la atracción y protección que ejercen entre si

Mientras lo recorro caminando lentamente, muy lentamente porque en cada paso

descubro un animalito, sapo, serpiente, aves de todos los tamaños, formas y colores,

Pincén aprovecha a hacer su entrenamiento diario trotando por este circuito maravilloso.

Continuamos viaje y pasamos por el pequeño pueblo El Hoyo

Hace muy poco sufrió un gran incendio: 1800 ha y 18 viviendas totalmente destruidas,

por suerte ninguna víctima fatal

Actualmente se están haciendo las casas todas nuevas, nuevamente de madera porque es

lo que se usa en el lugar

Bordeando el río Epuyén, nos dirigimos al lago homónimo, viento patagónico helado,

pero sol brillante que calienta tanto que nos atrevimos a quitarnos los abrigos

Almorzamos a las cuatro de la tarde a orillas del lago Epuyén

Más específicamente en Puerto Bonito y seguimos hacia Esquel.

En esta zona las montañas son muy arenosas, indudablemente de cuando todo estaba

sumergido bajo el mar. El paisaje cambia abruptamente pasando del verde del valle

fértil, cubierto de retamas al árido desierto sólo arena y canto rodado y casi nada de

achaparrada vegetación.