jueves, 3 de noviembre de 2011

un hotel 5 estrellas el Llao Llao de Bariloche



A las 8 de la mañana quedamos en encontrarnos y continuar paseando por circuito
chico con Ingrid y Luciano.
Salimos por la Avenida Bustillo bordeando el Nahuel Huapi con su cerro Campanario
en el fondo. Llegamos al club de remo de Bariloche, 
Pin en su salsa, lo recorrió íntegramente y hasta se metió en la botera, estaba muy, pero muy feliz.
Nos quedamos un largo rato, pero no se animo a sacar un bote, el frío es intenso.
Visitamos el Llao Llao, recorrimos su galería de compras con sus boutiques,
demasiados lujosos para nuestro gusto, anillos de diamantes, tapados de pieles auténticas, ¡cuántos animalitos muertos para vestir a una animal! ¡Que horror! sus salones con las arañas de luces hechas artesanalmente con astas de ciervos.
Se acerca uno de los empleados y al vernos tan ecologistas y asombradas por tanto
bichito muerto nos explica que los ciervos cambian sus astas; por lo que le pregunto si también la piel porque los sillones están tapizados con sus pieles, no `pudo rebatir mas nuestro asombro de tanta matanza de animales. Los ventanales enormes con vistas a los jardines llenos de tulipanes, al lago y los cerros. Llegamos a la biblioteca donde nos pudimos sentar a leer, claro que no mucho de lo que había nos atrapaba como interesante, libros sobre las joyerías más importantes del mundo, las grandes empresas, y si lo más atractivo que pudimos encontrar, un libro sobre lugares exóticos en el mundo y otro sobre avances tecnológicos.
 

 No habiendo mucho más por recorrer nos vamos, no sin antes averiguar sus costos.
Habitaciones de base doble desde 2000 $ hacia 9000 y más, no recuerdo, porque no entendí si era para base doble o un bus repleto como dijimos bromeando.