viernes, 11 de noviembre de 2011

Los Antiguos, segundo lago mas grande de sudamerica después del Titicaca, el Lago Buenos Aires, hacia la Cueva de las manos



Los Antiguos es una ciudad bien prolija con avenidas muy bien señalizadas y una
costanera increíble
hay cuatro miradores desde donde se puede apreciar el lago y los ríos que lo alimentan.
Este lago lo compartimos con nuestro país vecino y desagua en el pacifico
alquilamos una cabañita y ahora nuestro primer asado, el camping municipal donde esta
la cabaña, es todo sobre el lago, que de hecho parece un mar con olas, tiene muy buena
calefacción y aprovecho a lavar toda la ropa, el viento la seca en unos instantes es fuerte
y muy seco.
Después de una parada necesaria en Perito Moreno para ir a la oficina de turismo y
desayunar, emprendemos el viaje como nuevos, como si recién empezáramos, bien
bañados, perfumados, la camioneta ordenada, impecable y toda la ropa limpia y doblada
dentro de las valijas, podríamos hacer 5000 Km. más y nos espera una ruta que parece
que la estamos estrenando, nueva, lisa, 60km de asfalto inmaculado que conducen hacia
las cuevas de las manos, después el no tan bien ponderado ripio 120 Km. más. Hay dos
cortaditas que nos ahorrarían camino, pero en la oficina de turismo nos dicen que solo
son para cuatro por cuatro o vehículos muy livianos, nosotros deberemos ir hasta Bajo
Caracoles si queremos llegar a las cuevas. Después de recorrer ya 85 km de hermoso
asfalto
llegamos a una de las cortadas donde justo sale un camión regador, porque es de tierra,
le preguntamos al camionero si le parecía que nos podíamos meter por ahí, nos dice que
si, él tiene una trafic y lo hace muy seguido, “no hay problemas, métanse nomás”, que
suerte nos ahorramos muchos Km.
Leque bufa, no quiere, brama, no quiere, relincha y se chiva mal, se recalienta, yo puteo
y lloro, Pin se ríe nervioso y Bocha hace bromas creo que para no mostrar sus temores.
Lo que este caminero no sabía que nuestra camioneta es pequeña, 1.4 y además tiene
debajo dos enormes tubos de gas que la hacen más que pasada, más todas las latas para
el viaje, mas nuestro peso. Realmente es un camino muy difícil, debimos dejar parte del
agua para aliviar el peso de la camioneta, el resto de las cosas no las podemos dejar. En
algunas subidas también debimos bajarnos para que subiera solo Bocha con la Leque y
nosotros hacerlas a pie, hasta a pie se nos hacían difíciles las subidas. La última subida
pensamos que era nuestro final, la Leque parecía un león en celo, rugía a más no poder
y hasta pateaba, se escuchaban unas explosiones que no sabíamos si eran fuegos
artificiales o bombas. Faltan 15 km para las cuevas de las manos y 31 para bajos
caracoles, nada podemos hacer solo esperar, rogar que no haya pasado nada a la tapa, y
que se le pase la gran calentura a la camioneta.
Lloré, lloré y lloré las ultimas curvas, no sé si de miedo, de emoción o de nervios
porque finalmente la camioneta y el experto chofer con el que contamos nos llevaron
hasta las cuevas.
Una parada antes de llegar, la bajada mas difícil, después habrá que subirla o nos
quedamos para siempre en las cuevas.
En este mirador del río Pinturas José nos regalo
una lagartija para entretenernos y distendernos un poco, preparo el desayuno, almuerzo
y merienda, son las 4 de la tarde. Tomamos el yogur, tomamos fuerzas y tomamos
coraje, bajamos, bajamos mucho, mucho mucho….