sábado, 19 de noviembre de 2011

Los silbidos del sur entre el tren y el viento


Hoy  nos levantamos temprano, a las 10 de la mañana ya hemos desayunado,

otra comunicación familiar por wf.

Y… ¡a buscar el Ford A!, de pasada hacia el campo compramos todas las cosas

necesarias para un buen asado.

Viento y mas viento, ¡me tiene cansada el viento! Pero me ayuda a alentar el fuego de la

parrilla. Pechito, tapa, chorizo por metro, morcilla y ensaladas varias, mientras los

muchachos desarman el auto.

Ya está la carne, los llamo a comer, pero sopla el viento y no me escuchan, llamo

nuevamente, grito, silbo, debo caminar hasta allá lejos para buscarlos, porque el viento

silba y grita más fuerte que yo.

Después de comer ayudan en la faena: Ramón, Osvaldo y Pincén.

 










 


Junto al silbido del viento, silba el tren, parece un duelo de silbos, largos, fuertes,

sostenidos en el tiempo, agudos e intensos, una competencia para determinar quién silba

más fuerte y mejor, aunque el tren pone todo de sí y se esmera, gana sin ningún esfuerzo

el viento, sin lugar a dudas él es el más fuerte.

El tren es el patagónico que sale dentro de una hora para Bariloche, lo veo desde mi

mesita ubicada al lado del Ford y de la Leque en el medio del campo.

Por hoy termina la jornada laboral.