domingo, 12 de junio de 2022

por aqui andubo Bergoglio,Tucuman Lules, misiones jesuiticas

 

Hace 400 años llegaba a Tucumán la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola. Los jesuitas desarrollaron una gran obra espiritual, social y educativa. En tierras tucumanas dejaron su huella en cuatro lugares: en Tafí del Valle, donde construyeron la capilla de La Banda; en La Cocha, donde levantaron el templo de San Ignacio que está dentro del cementerio; en San Miguel de Tucumán, donde ahora está el templo de San Francisco, y en San José del Monte de Lules, donde se hallan los vestigios más importantes, porque es allí donde se establecieron durante 154 años, hasta su expulsión en 1767, por orden de rey Carlos III de España. Nunca más volvieron a Tucumán.
En la estancia de Lules, los jesuitas tenían sus talleres de artes manuales, como carpintería y herrería y una escuela de primeras letras. Además tenían un cañaveral y un trapiche donde fabricaban azúcar para consumo interno. En la herrería producían espuelas, frenos y herramientas. Hasta poseían una fábrica de sombreros y en la carpintería se construían carretas, carretones y carretillas que tanta fama dieron a Tucumán en los siglos XVII, XVIII y XIX, cuenta en su “Síntesis de la Historia de las ruinas de San José de Lules” Roberto Zavalía Matienzo, director del Archivo Histórico de la Provincia.
A fines del siglo XIX, la capilla fue reconstruida por los dominicos sobre los primitivos cimientos de los jesuitas.
El predio tiene un enorme valor histórico. En 1944 la capilla de San José de Lules fue declarada monumento histórico nacional. En ella están enterrados el ex gobernador Alejandro Heredia y el guerrero Crisóstomo Álvarez. y podemos ver una cruz de hierro forjada en una sola pieza por los nativos bajo la direccion de los jesuitas