domingo, 10 de febrero de 2019

Balcozna, Catamarca, Argentina o también como le llaman Balcosna
 
 
, un pequeño pueblito enclavado allí en la montaña, donde todas las noches es necesario taparse con un mantita aunque sea verano.
Veníamos desde el calor de Tucumán y el agradable fresco de aquí nos invita a quedarnos
Desde la provincia de Tucumán, por la Ruta Nacional 38 hacia el sur. Pasando La Merced  , se debe tomar la Cuesta del Totoral. Al finalizar la cuesta hemos llegado a La Merced, donde nacen los famosos tuneles feroviarios 50 km hechos alla en el periodo de Peron y que lamentablemente jamas se llegaron a utilizar
Desde la Merced tomamos la Ruta Provincial 9 hacia el norte y después de recorrer 33 kilómetros de verdes brillantes y ondulantes que en invierno se visten de blanco, por sus grandes nevadas pasando por El Rosario, La Higuera, San Antonio de Paclín, llegamos a Balcozna.
Los lugares imperdibles para nosotros son el Salton, una gran caída de agua fresca y transparente, Las Lajas , la Cuesta de Singuil y la selva de las Higuerillas
 
 
Las primeras tribus que habitaron el territorio de Paclín fueron los aquilingastas, en Amadores y Yocangastas, en Yocán. Al culminarse el siglo XVI en el Valle de Catamarca había aproximadamente 3.000 españoles; el obispo Trejo y Sanabria con fines de mejorar el proceso organizativo, crea lo que se denominó el Curato del Valle de Catamarca. Se extendía desde Chumbicha hasta Singuil incluido el Valle de Paclín, lo que hoy está ocupado por el Departamento Capital, Capayán, Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú (Piedra Blanca), Ambato y Paclín, o sea la Región Centro. El territorio de Paclín tuvo a Don Diego de Vera como su primer dueño, quien tenía una hacienda con ganado bovino y comprendía lo que actualmente es la finca de las beatas, que fue vendida a la cooperativa de tamberos Ltda.
Paclín es un cañón que se extiende entre las sierras de Gracián y Guayamba. Su nombre proviene de la voz cacana “Pakilingasta” (Pakilin: costa partida en dos – gasta: pueblo)