domingo, 24 de febrero de 2019

no a la megaminería. Jachal de pie. el agua vale mas que el oro

 

Continuamos por la hermosa e impecable ruta Nac 150, o también como le llaman ruta escénica, y bien se ha sabido ganar este nombre. Inaugurada en octubre de 2014.
Es considerada el corredor bioceanico central argentino, ya que uniría el atlántico con el pacifico saliendo a Chile por el paso Aguas Negras , el paso internacional más alto del mundo , cuando esté terminado el túnel.
 
 
 
 
 
 
 
No paramos en esta oportunidad en Ischigualasto ni en Talampaya, ya los habíamos recorrido en oportunidades anteriores, también dejamos Huaco atrás, aunque dormimos en su plaza, pero en esta vuelta no pasamos por los molinos. Teníamos premura por legar a Jachal.
 
 
Y si llegamos a Jachal a tiempo, a tiempo de abrazarlos, a tiempo de compartir con los compañeros en lucha contra la megamineria, a tiempo de agradecerles su esfuerzo y de aportar nuestro minúsculo granito acompañándolos en la caravana hasta la huerta de Huachi conmemorando un año de la llegada a Buenos Aires en bicicleta.
 
 
 Si en bici desde Jachal San Juan hasta el Congreso, hasta la Rosada, hasta el obelisco, para que todo el país supiera de sus luchas, de sus esfuerzos, de su desesperación, de su amor por la tierra y por todos nosotros porque sin AGUA NO HAY VIDA, porque EL AGUA VALE MAS QUE EL ORO.
 
 
 
 
 
 
¿Por que fuimos hasta Huachi?, porque desde que se conoce la fundación de Jachal, alla por 1751 los jachalleros tomaban agua del rio Jachal, hasta el 2009 que empezaron a abastecerse de la cuenca subterránea (el río Jachal ya bajaba contaminado), el Pampa del Chañar , conocida como cuenca de Huachi. 
 
 
Actualmente el cerro de Huachi que aporta agua a esta cuenca esta siendo por Centenera Mining para extraer oro, cobre, plata y uranio poniendo en peligro de contaminación la única fuente de agua pura que queda
 
 
Para llegar a Huachi pasamos por Tamberia, San Isidro, Gran China, Villa Mercedes los pobladores salían al escuchar las bocinas y el audio del camioncito de apoyo. 
 
 
Algunos con banderas saludaban, otros aplaudían, otros más temerosos esbozaban una pequeña sonrisa, y los menos se ocultaban tras las cortinas tal vez con vergüenza de no animarse a participar.
Aquí varios días pasamos interiorizándonos, nos contaban y transmitían las vivencias de esa bicicleteada donde los pueblos se les iban sumando, cada uno con sus reclamos,… “ que nos quieren poner una fabrica aquí o allá”… “que el glifosato”, que las termoeléctricas y el agua que largan a los arroyos” y se sumaban bicicletas en algunos tramos. 
 
 
Los escuchábamos y se emocionaban al narrarlo, los escuchábamos y nos emocionábamos con sus relatos, sus fotos, su material fílmico y documentos de diarios.
 
 
 
 
 
Las noches las acortábamos a los que se quedaban de guardia en la carpa entre charlas y mates y por el dia nos íbamos a continuar preparando nuestra casa camión para el gran cruce a Chile, revisando ruedas, bujes, cambio de aceite, ajustando tuercas y tornillos del camión y de la casa.
 
 
 
 
 
 
 
Como siempre nos despedimos en un eterno abrazo con la promesa de regresar y claro que lo haremos.