sábado, 15 de julio de 2023

Cachi, Salta.,muchas emociones!!!!l

 

Cuántos recuerdos se amontonan en mi mente.

Muchos muchísimos años han transcurrido de mi primer encuentro con el nevado.

Cuando llegué a este pequeño pueblo con el título bajo el brazo creí alcanzar el cielo.

Y así fue, es que aquí en cachi el cielo baja hasta donde uno está.

Todos sus días son diáfanos, todos sus días son tibios, con esa dulce tibieza del sol y la dulzura de la chancaca.

Recuerdo el primer día como si fuera ayer.

Cuando hablando con los niños del lugar llegamos a la escuela que sería mi hogar.

Cuando por primera vez intenté subir el nevado, llegué solo a la mitad con un terrible agotamiento, frío y sin oxígeno. Faltaba entrenamiento y aclimatación.

Pero claro que lo logré, después de un gran tiempo, "ya era del lugar".

Y así hicimos cumbre.

Pero qué te han hecho mi histórico nevado?

Ya tus nieves no llegan hasta el piso, y eso que estamos en invierno.

Pareciera haber una gran fiesta en el pueblo, mucha gente lo visita como si fuera temporada alta. Claro es que no se puede llegar a la quebrada de Humahuaca porque Jujuy está sangrando.

Entonces todo el turismo previsto para el NOA queda aquí en Salta.

Recorro en silencio sus calles, entro a su iglesia y ya no la reconozco, los típicos asientos de cardón han sido reemplazados por simple madera, el museo arqueológico tiene un cartel que abre de lunes a viernes a partir de las 9, son más de las 10 y permanece cerrado.

Alzo la vista, y me río

Recuerdo cuando los turistas preguntaban qué era esa obra de aspecto moderna allá arriba del cerro, y le respondíamos seriamente, " la terminal", y subían con sus mochilas a intentar comprar un pasaje, pero se encontraban con otro tipo de terminal, la terminal de la vida, el cementerio.

Nos visita Zuleta, en nuestra casa camión, que la policía turística nos permitió estacionar en un lugar privilegiado frente a la iglesia.

Aquí permanecimos varias horas entrevistándolo.

Nos cuenta de sus avistamientos con otros seres, su colección privada, donde incluso muestra con orgullo un pequeño cráneo 

" extraterrestre" petrificado.

No queda ausente el relato de

Alto Palermo de Benjamín Zorrilla, Boliviano.

Pero esa ya es otra historia.