Hace más de 30 años llegamos para un enero tilcareño, encuentros de pesebres, bandas de sikuris, concursos de empanadillas, preparativos para el festival en Purmamarca a la noche,
Todo el día colaboramos acomodando sillas, colgando banderines, preparando souvenires para los presentes al festival.
Y ahí estaba ella con su brillo especial, con su dulce voz me preguntó dónde me hospedaba, y mandó a cambiarme prestándome un caballo ya que mi hospedaje quedaba allá lejos, arriba, en el barrio de las 10 casas.
Así fue que nació una hermosa amistad con doña Barbarita.
Nacida en Purmamarca en 1922 y falleció en San Salvador de Jujuy el 11 de junio de 2016. Coplera, escritora, pintora, maestra y creadora de figuras en arcilla, muchas de ellas aladas.
Estudió en la Escuela de Artes de Jujuy siendo sus guías Medardo Pantoja, Félix de Valois Leaño, Antonio Fernández Otero y Carolina Álvarez Prado. Ejerció la docencia siendo maestra en Tumbaya, luego en la Escuela Juanita Stevens, en el Colegio El Salvador, y tuvo alumnos de Villa Belgrano y Villa San Martín. Desde pequeña se enamoró del canto con caja y su incursión en la música y en la composición de innumerables coplas la convirtió en una referente y símbolo de este canto ancestral.
Usaba pantalones en los años ´40, toda una osadía. Alojaba en su casa a amigos sin ningún prejuicio. Fumaba, Se reivindicaba coya y no le importaba el qué dirán. Alentaba a las mujeres a ser libres y concretar sus sueños. Y nunca quiso casarse “para no ser esclava de ningún hombre”. Transgresora, independiente, multifacética.
Barbarita ejerció como maestra pero, al jubilarse, esgrimió sus facetas de poeta, coplera y artesana y convirtió su casa de Purmamarca en una usina de arte de puertas siempre abiertas.
Barbarita, proveniente de una familia muy numerosa, eran 9 hermanos, siempre pensó en enseñar, oportunidad que la familia se radicó en San Salvador, Barbarita, ya era maestra, aprendió el arte de la cerámica.
“Hoy la bandera de la wiphala es natural, estamos acostumbrados a verla, pero entonces había cierta vergüenza en defender la identidad. Sin embargo, ella eligió radicarse en Purmamarca y empezar a dar un taller gratuito de cerámica. Es más, se hacía llamar ollera”
Cruz abría las puertas de su hogar para que artistas de todas las disciplinas tuvieran un espacio donde crear. Músicos, artesanos, teatreros, pintores… A cualquiera que quisiera encarar una actividad creativa le sugerían instalarse “en lo de Barbarita”.
Como pintora, plasmó en sus telas los paisajes de su tierra que exhibió en sucesivas muestras en Jujuy. Además, fue musa inspiradora de numerosos poetas y compositores, como del jujeño Alejandro Carrizo, quien es autor de la zamba Jujuy Mujer, que con música del tucumano Néstor Soria, recuerda a la purmamarqueña.
https://youtu.be/iElJV9EkACs
En 2005, Barabarita fue distinguida por el Congreso de la Nación con la orden de Mayor Notable y cuando se declaró a la Quebrada de Humahuaca Patrimonio de la Humanidad, la Sección Nacional del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folklore y de las Artes Tradicionales, la declaró Patrimonio Cultural Viviente.
dedicó su vida a revalorizar las tradiciones y a reivindicar el ser coya. Enseñó a pintar y a modelar con arcilla; escribió y cantó numerosas coplas; refugió en su hogar a grandes artistas y siempre se caracterizó por hacer de la libertad su filosofía de vida”. Por estos méritos, en 2005 Unesco la nombró “Tesoro humano vivo”.
publicó dos libros de coplas, y hay varias zambas y cuecas que le rinden homenaje. “No me gustaba mucho el baile,pero siempre desde chica me atrapó el canto… Mucha gente que no conoce cree que la copla es un lamento, que es triste. Y sin embargo cuando uno está cantando, fijate, no te das cuenta pero sentís alegría. Hay distintas coplas: sobre el amor, el trabajo, la muerte, religiosas, politiqueras… Para cada cosa de la vida hay una copla”, respondió en una entrevista
"Yo no canto por cantar
yo canto porque lo siento
cuando canto por cantar
las coplas, las lleva el viento”. BC.
Ya no la encuentro en su casa, hoy convertida en hotel, museo, entonces voy allá atrás de la iglesia donde alguna vez me refugié en la sombra de su algarrobo, sigo camino hasta el cementerio. Me cuesta mucho encontrar su tumba, pregunto a distintos pobladores y nadie sabe indicármela, algunos manifiestan que puede estar en el pabellón de los copleros, otros en el mausoleo de los Cruz.
Y busco que te busco, y así está como bien lo describiera Tomás Lipan
"Hay una ollerita que en Purmamarca vive solita”
https://youtu.be/WJrtvryjceQ
Su tumbita sola , triste y abandonada luce una pequeña placa con su nombre, un frasco de vidrio viejo que alguna vez imagino habrá tenido un ramo de flores frescas.
Me siento en silencio y el aire me acerca y susurra sus coplas que alguna vez juntas intentamos deshilvanar allí en el 2014
https://youtu.be/K_fZw12SJ2I