Se acerca a casa Rafael, amigo de varios viajeros por América y el mundo y que a través de conversaciones fue moldeando su nueva visión de encarar las cosas, procurando alejarse un poco más del sistema. Con su compañera y dos pequeños hijos encarará nuevas aventuras en el viejo continente.
Nos ofrece su casa, agua, energía, espacio de estacionamiento y cuanta cosa estuviera a su alcance.
Permanecemos aquí en la plaza. Entonces es él quien nos visita. Nos recomienda lugares y personas.
Lo invitamos a desayunar y con Bianca, su hija llegan cargados de presentes, de tesoros, de sus piedras preciosas de ¡regalo para nosotros.!!!
Abre su campera y dos enormes piedras brillan sobre la mesa, de los bolsillos salen piedras, azules, rosas, lilas, violetas, blancas, agatas, amatistas, cuarcitas. Y siguen saliendo más y más piedras.