sábado, 20 de agosto de 2016

Fantasmas en las vias o vias fantasmales

A principios de la década del 30 las vías del ferrocarril llegaron a Jáchal. Se trató de una línea de trocha angosta de construcción y propiedad nacional cuya construcciòn se iniciò en 1923 y finalizò en 1931. El tren llegó al norte de la provincia 46 años después que a la Capital. En ese lapso la ciudad de Jáchal y su área de influencia permanecieron aislados del proceso de modernización que había transformado a extensas zonas del país. De todas maneras, en los últimos años algún progreso se había logrado. Existía un camino San Juan – Jáchal que podía ser recorrido por algunos automóviles. El trayecto implicaba, si no había cortes por crecida, 10 horas de viaje. Antes el servicio de mensajería llevaba 14 horas. Por automóvil sólo podía enviarse correspondencia y pequeños bultos. La producción, la verdadera carga, circulaba hasta 1930 en carros y arrías de mulas. Demoraban por lo menos de 4 a 5 días hasta la capital de la provincia

TALACASTO





Ubicada en el empalme de la Ruta 40 con la 436 a Calingasta y Barreal, supo tener màs actividad hasta que una inundaciòn arrasò con todo. Hoy sòlo queda un parador sobre la ruta y aprovechando las paredes de piedra de los edificios ferroviarios, se han instalado algunos cobertizos para vehìculos. Tambien existe en las cercanìas una laguna de aguas termales que en alguna època sirviò de atractivo. Este ramal y las pocas poblaciones que recorrìa tambien se veìan afectadas por las torrenteras que bajan de las sierras pre-cordilleranas que se levantan hacia el oeste. Las fuertes correntadas afectaban el terraplèn y los edificos de las estaciones. Es notable la cantidad de alcantarillas y puentes de distintas dimentsiones que se observan para dar paso a esas crecidas. Las aguas bajan de las Sierras de la Invernada, Talacasto y Negra y la mayorìa de ellos son transitorios tributarios del Jàchal que corre hacia el Sur.