sábado, 17 de febrero de 2024

El puente maldito. de Paraná a Gualeguaychú.


Quien decida parar y acercarse escuchará aullar a Calicho,  su agudo aullido no se estremeció el alma.


A comienzos del año 1914, el Ejercito Argentino se dispuso a realizar unas monumentales maniobras en la provincia de Entre Ríos. Una gran cantidad de tropas se prepararon para marchar desde Buenos Aires. Habían llegado al teatro de operaciones, agregados militares de países como Inglaterra, Francia, Alemania, y de los países limítrofes Chile, Uruguay y Brasil. Eran tiempos decisivos. Europa estaba ingresando en la Primera Guerra Mundial.





Los lugares elegidos para las acciones militares eran los departamentos de Concordia y Villaguay. Para el ejercicio militar, se dividieron las fuerzas en dos bandos: el rojo (atacantes) comandado por el general de brigada Eduardo H. Ruiz, y el bando azul (defensa) comandado por el general de brigada Proto Ordoñez.


Muchas expectativas se habían puesto en dichas acciones militares. Por aquellos tiempos, todos estos ejercicios requerían por su peligrosidad una alta planificación. Era raro que terminado los mismos, no hubiera que lamentar pérdidas humanas y daños materiales considerables. 

Los ejercicios militares coincidieron con una terrible tormenta que asoló la región. Durante tres meses el centro de la provincia de Entre Ríos fue el núcleo de ese gran fenómeno de la naturaleza.. La cantidad de agua caída, desbordó el Río Gualeguay, que es la columna vertebral de la provincia, y en la que desembocan una gran cantidad de arroyos.


Toda la región estaba convulsionada. Sin embargo, eso no detuvo la iniciación de las maniobras, sino por el contrario, las dificultades que el clima imponía a la zona de operaciones creaban mayores expectativas acerca de la resistencia que tuvieran las tropas en alcanzar sus objetivos.


Se habla de la participación de 15,000 hombres, cinco divisiones , dos del Norte y tres del Sur 


Fueron noches duras que soportaron aquellos jóvenes luchando con cañones, carros y cocinas, hundidos en el fango del Paso de la Laguna

 Predominaban el hambre, frío y cansancio.

En la ciudad se los cobijo en los galpones de la sociedad rural dónde encontraron techo, fuego y comida.


Llego así la noche del 25 de abril de 1914. Eran las 21.00 cuando arriban al arroyo Sandoval las fuerzas del Capitán Julio Mon del Regimiento 2 de Infantería "Gral. Balcarce" .

 La ruta había desaparecido bajo las aguas turbulentas del Sandoval. Corrían peligrosamente empujadas por el viento que no dejaba de soplar con violencia inusitada.


 Apenas se veía por sobre las aguas el terraplén de la vía del ferrocarril que corría paralelo al camino.

El 2 y el 3 de infantería emprendían su regreso a Villaguay.

El Capitán Mon tomó la decisión de hacer avanzar al escuadrón por sobre las vías del tren para cruzar el Sandoval. Todo se hizo lentamente, pues el viento no disminuía su violencia, cayendo sobre los desprotegidos soldados que lentamente caminaban sobre el terraplén en la penumbra, casi cegados, evitando perder el equilibrio y caer en las oscuras y agitadas aguas del arroyo.


Finalmente, le llega el turno al Capitán Mon y a los últimos soldados del escuadrón, que comienzan a cruzar. La tormenta crecía con una fuerza infernal. El agua del arroyo golpeaba con fuerza el terraplén de la vía, levantando oleadas que pasaban por sobre los soldados. Nada se podía ver ... nada se podía oír.


Surge un tren de la oscuridad, rompiendo la cortina de lluvia y viento y mezclando en ella el humo de la locomotora, dando una imagen fantasmal, de pavor. El tren tomó por detrás a los últimos soldados del escuadrón. Cuando lo vieron, cuando lo oyeron ... ya era tarde. La gran mole de metal estaba sobre ellos. Atinaron a correr desesperadamente para terminar de cruzar el puente. Se empujaron unos a otros. Algunos cayeron en el arroyo, y este se los devoró. Otros, como el capitán Mon, fueron golpeados por el miriñaque del tren y arrojados con violencia del terraplén. Algunos que ya habían tropezado, y que temiendo caer en las aguas del arroyo, se sujetaron de los rieles, perdieron sus manos al paso del tren, sumergiéndose luego en la oscuridad.


Tardaron tiempo en reaccionar, de entender que había pasado. Sólo se veía al tren desapareciendo en la noche, con la misma imagen infernal que se anunció.


Hay muchas y diferentes versiones de la cantidad de las víctimas.

Algunos dicen que solamente falleció Mon, 

Otros que fueron solo nueve, otros que fueron 70 y otras versiones que fue un tercio de las tropas.

En el año 1955 se levantó un monolito en el lugar, hoy olvidado y tapado por los pastizales.

 donde apenas

alcanzo a leer:


"Ex Conscriptos clase 1892 de todas las unidades del Ejército.

Al capitán Julio Mom

Soldados del Regimiento 2 de Infantería "Gral. Balcarce"

Althabe Omico, Carranza Víctor, Costamalle Ernesto, Guirial Santos, Lombardi Alfredo.

En el 50º aniversario de su trágica muerte en este puente del Sandoval.

Maniobras militares, año 1914

25 IV 1914 – 25 IV 1964

 

¿Un error de  estrategia? no sé dispusieron los retenes a un lado y al otro del puente dando así, aviso de dichas maniobras.

Sin esta advertencia, el tren carguero, embistió un sinnúmero de soldados.

En esos momentos había 15,000 soldados movilizados.

Hicieron maniobras desoyendo a dos astrónomos de la época  ( por ese entonces no había meteorólogos) , en diciembre anterior habían previsto grandes e importantes inundaciones para el mes de abril en dicha zona


Cuenta la leyenda que Francisco Gamarra tenía un perro de nombre Calicho, que se ponía muy contento cada vez que Francisco volvía de franco. 

Al ver que su dueño marchaba con la tropa decidió seguirlo.

Después del siniestro, aún, se escuchan sus aullidos en el puente.

Calicho hoy es símbolo de fidelidad porque es el único que recuerda y reclama a sus muertos.


En este mismo puente en junio de 2007 se produjo un descarrilamiento de un tren de carga que transportaba soja a granel y madera entre las localidades de jubileo y Villa clara.

De los 40 vagones 18 se salieron de los rieles, en esta oportunidad no se debió lamentar víctimas.


Otro tren de carga con 40 vagones descarrila también en el Sandoval volcando sus dos últimos vagones el 25 de febrero del 23.

 

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