En esta ocasión nos acercamos a Corrales y a Tranqueras queriendo saber un poco sobre esta historia de amor entre Llusara y Celier.
"Celier Gutiérrez tenía 20 años, funcionario del Telégrafo Nacional, de Minas de Corrales.
Conoció a Llusara Soto Barboza, bonita joven de 17 años, en Tranqueras, en un baile a beneficio del Club de futbol Artigas.
Se enamoraron.
Corrían los años 50, Celier compra una bicicleta de carrera marca Agustera para visitar a su novia todos los domingos, muchas veces a campo traviesa, cuenta Llusara: en un año faltó solo tres veces y fue por compromiso asumido de ir a cantar tangos en un programa de una emisora de Tacuarembó.
Una vez Osiris Rodríguez Castillos concurrió a Minas de Corrales a visitar su hermano Horus, quien se desempeñaba como administrador en el hospital local; salían de la Pensión Miralles cuando delante de ellos se cruza un joven muchacho transformado en un verdadero ciclista.
Asombrado Osiris pregunta a Horus “¿llegó el ciclismo a Corrales? Y este le contesta: “¡Nooo…! es Celier que compró esa bicicleta para visitar su novia en Tranqueras”.
Impactado por lo lejos que tenía la novia, le preguntó al “ciclista”:
¿De Corrales a Tranqueras cuántas leguas quedarán?
“Dicen que son once leguas nunca las pude contar”, respondió Celier.
Sin duda aquella repuesta impregnó la sensibilidad de uno de los más grandes poetas que ha dado nuestra tierra.
Y así es como nació la canción
“De Corrales a Tranqueras”, ícono del cancionero inspirada en la hermosa historia de amor de Celier y Llusara, que ha recorrido el mundo en la voz de Larralde, Falú, Cafrune, Zitarrosa, Numa Moraes, entre otros.
De Corrales a Tranqueras
(Osiris Rodríguez Castillos)
De Corrales a Tranqueras,
cuántas leguas quedarán,
dicen que son once leguas,
nunca las pude contar.
Las hice con agua y viento,
escarcha de luna y sol,
pero entonces no contaba,
porque iba rumbo al amor.
Entonces todo era canto:
agua, tierra, viento y sol;
entonces todo cantaba,
porque iba cantando yo.
Mi flete era parejero,
mis años, de domador,
y los caminos cortitos
pa'l trote del corazón.
Camino de mis recuerdos,
tierra roja y pedregal,
bordea'o de cerros parejos
que se empinan al pasar.
Vigilante, Miriñaque,
cerros de mi soledad,
repecha'os por mis cantares,
sombras de toro y chilcal.
Hoy, que me duele la vida,
cansa'o de tanto changar,
balda'o por los redomones
ya no las puedo contar.
Y quebra'o por una pena,
pregunto a mi soledad:
De Corrales a Tranqueras,
¿cuántas leguas quedarán
En una bolsita prolijamente doblada, que adentro tenía un disco chiquito con la canción grabada, aún lejos de ser conocida, y una esquelita de puño y letra del autor decía: “¡Promesa cumplida! Les mando la canción de ustedes para que siempre se acuerden del Amigo”…. Osiris
Era el regalo de casamiento. Fue un 25 de Octubre de 1958, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Tranqueras.
Criaron 7 hijos. Celier fallece en 1983."
Llusara ya se unió con Celier nuevamente para no separarse nunca más.
Como venimos de Artigas hacemos el camino al revés, pasamos primero por Tranqueras, y mañana iremos a minas de corrales
Aquí también conocimos al escritor, historiador Guillermo Pellegrino , pero esa es otra jugosa historia para más adelante.