Amaneció, empieza la danza de camiones respiran como
búfalos, se enroscan y
desenroscan como lombrices recién descubiertas en la tierra
y cuando logran
desperezarse bien, estirándose derechito con todo lo largo
que son, roncan 10 minutos
más y se van recortando la silueta contra el sol, que esta
allá muy, pero muy bajo porque
recién se asoma. Es una danza repetida en todos los viajes
que no me canso de observar.
Peón 4 reina, ruta, mate, ruta, Rafael Amor, ruta, el
caballo amenaza un alfil, ruta, puta,
ruta, el sabalero, mueve la dama, mate y ruta, ruta, ruta,
tan derecha que las piezas sobre
el tablero ni se inmutan. Violeta Parra y se acerca el
jaque
¡Llegamos a Choele Choel!
Hay un supermercado gigante, donde nos abastecemos de
nuestro infaltable yogur de
frutillas y paramos en Darwin para tomarlo. Este particular
pueblo mide solo dos
cuadras por cinco, está ubicado sobre la ruta, así que
dimos la vuelta del perro lo
recorrimos todo y en el Paseo de la madre, recién pintado,
mesas, bancos, cordones,
todo reluciente, decidimos detenernos para el desayuno.
Durante el viaje voy leyendo la guía de turismo que siempre
llevamos a mano y me
informo que en Coronel Belindez hay un fuerte que tiene
flora exótica y árboles de
alcornoque (corcho)
Ninguno de los tres lo conocemos, entonces decidimos
desviarnos hasta allí para
verlos. El pueblo es prolijo, se conjuga lo antiguo con lo
moderno, muy chato y seco, no
encontramos la dirección de turismo, por lo que nos
acercamos a la intendencia,
atendidos por el mismo intendente, muchacho joven, nos
cuenta la historia del fuerte de
la época de la campaña al desierto, actualmente este fuerte
es un lugar privado en manos
de la empresa CLEPE, pero el charla con los guardias de la
empresa y les manifiesta
que somos amigos personales y nos conceden una visita, nos
hace acompañar por dos
empleados del municipio, Marcos y Pancho.
Recorrimos todo el fuerte y tocamos el alcornoque
pero más nos sorprendió el tamaño y la antigüedad del
fuerte,
sus habitaciones muy amplias y lujosas, una de ellas tiene
una estufa hogar del tamaño
de mi cocina, solo la estufa; y la chimenea da a un baño
para calefaccionarlo, que el
baño es del tamaño de la habitación del Pin, con una bañera
enorme. En el patio tiene
dispuestas las caballerizas y las celdas para los nativos,
entre las arcadas del patio
grandes aromos en flor que perfuman toda la región.