Por fin llego el tan anhelado, programado y reprogramado
viaje.
Después de tantos preparativos, arrancamos, la Leque con
alero nuevo, de estreno, y
GPS, todos unos adelantos tecnológicos, calculamos rutas,
velocidades, conveniencias
de caminos, etc. Ya la galleguita que tiene adentro nos ha
retado varias veces pero la
ahorco y se queda calladita. En casa quedo Galo de casero y
excelente jardinero.
Salimos el jueves 13 como estaba previsto, pero esta vez no
al amanecer sino a las 9 de
la noche, después de pasar por los bulincitos de alquiler y
ver que todo esté bien.
En las Flores a eso de la 1 y 30 nos dispusimos a dormir,
pero a las 4 dos ómnibus
cargados de hinchas del tigre llegaron con sus desentonados
cánticos, por lo que
decidimos continuar la marcha. Es así que el amanecer nos
encontró en el camino
mateando.
Después de Las Flores el camino se lleno de una espesa
niebla que nos obliga a ir más
despacio.
Llegamos a González Chávez, ya hemos recorrido 431 Km. y
son las 9 de la mañana,
aprovechamos para comprar el desayuno “yogur de frutilla”
¿A dónde vamos?
A San Martín, camino de los 7 lagos, Los Antiguos, Cueva de
las Manos, Madryn,
Viedma, ese es el proyecto, después veremos que se hace de
todo lo planeado.
En Tres arroyos para completar el desayuno compramos unos
palos de Job hechos
especialmente para nosotros, ya que Bocha nos dijo que ahí
eran los mejores del mundo
y así se lo transmití a la panadera, que como no los tenía
armados, se dispuso a hacerlos
con particular esmero. Los mejores con dulce de leche en el
relleno, otros con crema y
bañados en chocolate, gigantes, dulces, empalagosos.
Mientras los elaboraban, como
había wifi aprovechamos a comunicarnos con mamá, se
encuentra muy bien y contenta
de escucharnos.
Seguimos un poco más y en Coronel Dorrego ya el sueño nos
abatió, entonces a las 12
tomamos una siestita, y ahora si recuperados tratamos de
llegar a Bahía Blanca para
hacer el almuerzo y hacer otra paradita técnica.
¿El paisaje?, verde, verde oscuro, verde claro, verde limón,
verde oliva, verde
esperanza, pampa y más pampa húmeda, no se ha visto todavía
soja., si trigo, cebada,
avena y lavanda con su característico azul que entre tano
verde queda muy bonito.
Recién aquí pasando Monte hermoso el suelo comienza a
ondularse, vamos con viento
fuerte en contra desde el amanecer, velocidad máxima
crucero 55 ¡a fondo! Con el casi
doble gasto de combustible.
Bahía Blanca lo pasamos de largo y recién en Médanos
cargamos nafta. Continúa el
viento y se metió todo el médano en la camioneta, en la
ropa, en la mercadería y en
nuestros poros.
Puesto sanitario. ¿Llevan algo de fruta que declarar? (9,
40$) por supuesto que no, no
dijimos nada de la fruta que estaba bajo las camperas de
nieve cómodas y calentitas,
como las 8 naranjas, 6 manzanas y cuatro bananas, más los
palos de Job que sobraron
del desayuno, mmm...… dulce de leche y mucho, y ni qué
hablar del baño de chocolate.
Ahora hasta Choele Choel. Tenemos más de 200 aburridos
kilómetros pero charlando,
mateando y escuchando música lo vamos sobrellevando. Pero
no, no pudimos llegar. A
las 9 de la noche, el cansancio era mucho y Río colorado
ostentaba una estación de
servicio para dormir, bañarnos con agua caliente y lavar la
ropa, también aquí gracias al
wifi nos comunicamos con todos, por la noche fuimos al
centro después de cenar frutas
y tomamos un helado frente a la estación de trenes donde
hoy funciona un teatro. Luego
volvimos a la misma estación, y ya por la mañana por
supuesto otra ducha antes de
partir.