domingo, 14 de agosto de 2022

dianhuapi a Piedra del Aguila




 Alerta Naranja.

Bariloche, los siete lagos, el bolsón, Puelo.
Por dónde saldremos. Se espera una semana de nieves intensas.
Dos días enteros estuvo nevando.
Y el pronóstico para los días subsiguientes no es muy benigno para continuar ruta, si es que decidimos quedarnos más tiempo.
Debemos aprovechar que mañana el sol asoma un rato y seguimos viaje antes de qué se acumule más nieve ya que piensa nevar una semana seguida sin pausa.
Nos despedimos de los amigos, al atardecer nos despedimos del lago y debemos hacer noche en Dina Huapi porque la ruta está cortada por nieve y hielo en la calzada.
Sale el sol. Comienza lentamente a circular camiones y ómnibus y se sugiere el uso de cadenas.
Después del mediodía calculamos que ya la ruta está bastante trillada y allá vamos.
Ni bien salimos un mochilero nos hace dedo, Por supuesto que paramos y por suerte para nosotros era un gran conocedor de las historias , personajes y geografías del lugar, un excelente guía durante nuestro viaje. Él de lago Puelo, viajero y descendiente de mapuches, conoce cada cerro que ve y nos cuenta su nombre, su historia, rápidamente divisa los cóndores y los guanacos.
Nos detenemos en el pintoresco Villa Llanquin, nombre en honor al Lonco que donara las tierras para la escuela y disfrutamos de la pintoresca balsa maroma.
Miradores cómo la lipela, rincón de Creide, el dedo de Dios, cruzamos el Traful y el Limay que acompaña toda la ruta comienza a ensancharse, es el embalse Alicura. Nieve, niebla y los cóndores se acercan.
La subida del Collon Cura, mucha nieve, por suerte poco y nada de hielo, lento, muy lento pero avanzamos.
A lo lejos el retrato de Libertador Argentino Araneda en el kilómetro 1508 de la Ruta 237 (entre Piedra del Águila y Alicura), dónde un día encontró su espacio para vivir, tomando agua de una vertiente y comiendo solidaridad, aquí también se quedó para siempre. Pese a que el estado le construyera una pequeña casa, nunca la uso, siempre vivió afuera con sus cosas. Aquí un día lo encontró un camionero y aquí sus cenizas se esparcieron. Hoy es una leyenda más de esta hermosa ruta. Hoy no nos detenemos a dejarle su pancito casero, solo lo saludamos con nuestra bocina a su ser de luz.
Finalmente llegamos al anochecer a Piedra del Águila dónde nos despedimos de nuestro nuevo amigo mochilero.