jueves, 31 de marzo de 2022

Mar Chiquita, Cordoba

 Hoy uno de los humedales más importantes a nivel mundial y el reinado de los flamencos,


Ansenuza es el lugar donde está la colonia más grande del mundo , 350.000 individuos. La laguna tiene tres de las cuatro especies de flamencos que viven en América. El austral está todo el año y anida en Ansenuza, mientras las otras dos pasan el invierno y migran desde las lagunas altoandinas de Bolivia y Perú. Cuando hay poca agua y mucha sal, se reproducen los artemias salinas y cuando hay mucha buscan pequeños crustáceos en el barro. las artemias salinas se hicieron muy populares en los años 80, cuando se vendían como Sea-Monkeys para criar dentro de peceras…


Es la laguna salada más grande de Sudamérica y la quinta a nivel mundial un millón de hectáreas de extensión de humedal donde se concentra casi el 36% de la avifauna del total del país en su agua salada -70 gramos de sal por litro de agua- y fango hay un turismo de bienestar con terapias miorrelajantes que curan enfermedades de la piel como la psoriasis, la artrosis, reumatismo.

En agosto 2021 se aprobó por unanimidad en la Legislatura de Córdoba el proyecto de Ley N° 10.775 por el cual la provincia le cedió al Estado Nacional el dominio y la jurisdicción ambiental sobre terrenos situados en torno al Mar de Ansenuza y los bañados del Río Dulce, para la creación del Parque Nacional Ansenuza y la Reserva Nacional homónima.
Se espera que por Ley del Congreso de la Nación se apruebe la cesión de jurisdicción y se cree el parque.
Un poco de historia, como me gusta a mi,
A lo lejos el Gran Hotel Viena, o mejor dicho lo que queda de él, una mole de ladrillos.
Más de cien hoteles se construyeron en el lugar,
Se inundo en fines de los 50, y nuevamente en 1977 mucho más rápido devorando 100 de los 104 hoteles.
Las aguas se aquietaron, se comenzó a reconstruir sobre las ruinas , parecía el nivel del lago estable y… otra vez volvió a subir en 2003!
Ahí parece ser que Mar Chiquita alcanzó su cota máxima. Así que ahora Miramar dicen que está a salvo. Está sobre tierra que no se inunda.
Mucho me recuerda la historia a Epecuen, que aun hoy se puede visitar la ciudad en ruinas y su icónico matadero, pero a diferencia de Epecuen, donde la subida del lago fue la crónica de un desastre anunciado, el crecimiento de Mar Chiquita encontró desprevenidos a los miramarenses. La laguna ocupaba hasta 1977 un tercio de su cuenca actual. Nadie imaginaba que crecería tanto.
Camino al hotel Viena encontramos la primera capilla croata construida en Córdoba, la capilla de San Antonio donde llegaron numeroso refugiados, entre los 33 niños hospedados se encontraba Berislav Ostojic, quien con el tiempo se transformó en sacerdote y fue el “último confesor argentino” del Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco.
Pero vamos en busca de espíritus y fantasmas, historias de la segunda guerra y post guerra son tabú en el hotel
el Viena no solo recibió, según se dice, a inocentes bañistas…
Corren rumores sobre jerarcas alemanes escondidos luego del fin de la Segunda Guerra Mundial.
En el libro "Tras los pasos de Hitler", de Abel Basti, el autor relata su encuentro con Olga Meyer, una mujer de la provincia de Santa Fe casada con un señor de apellido Müller. Ambos viajaban seguido a Miramar y "ella aseguró que sabía que Hitler se alojaba en el hotel".
Ella contó que el líder nazi tenía a disposición una habitación en suite exclusiva en el Gran Hotel Viena, como así también vajilla y sábanas, que llevaban sus iniciales.
Y el libro "Lobo gris, la fuga de Hitler a la Argentina", de Simon Dunstan y Gerrard Williams, sostiene que el Führer se fue a atender al Viena luego de las complicaciones de salud que le trajo la bomba Stauffenberg.
En las habitaciones 106 y 110 es donde se perciben más energías extrañas. Dicen, que cuando se sacan fotos de la fachada del hotel, suele aparecer una mujer asomada desde una ventana en planta baja, y un hombre en uno de los cuartos de la clase alta.
Cuentan también que una nena vio a dos hermanitos que iban de cuarto en cuarto.
El hotel tiene vida propia y una energía que se manifiesta.
Un gato hace ruido y todos los turistas se sobresaltan
Se está por crear el Parque Nacional más grande del país, una polémica de vieja data continúa reactualizándose a partir de un conflicto que sigue vivo en la región: las ruinas de un hotel que vive entre el mito del nazismo, fantasmas, un heredero que reclama la propiedad y un patrimonio arquitectónico en disputa.
Según investigadores, guías del lugar y habitantes, este gigante erigido en la punta del mapa geográfico está íntimamente ligado al nazismo: desde la construcción del mismo hasta la sospecha que allí no sólo fueron a rehabilitarse criminales de guerra; las hipótesis más osadas ubican al mismísimo Adolf Hitler en un supuesto hospedaje en un balcón con vista a la laguna.
La historia del Viena se remonta a 1936, cuando la familia Palhke, integrada por Máximo Emilio Germán Pahlke, de origen alemán, Melita María Fleischberger, austríaca, y sus hijos Máximo Wolfgang Otto y Gertrudis Ingrid, llegaron a Miramar.
Buscaban poder mejorarle la calidad de vida a la esposa, quien sufría de asma, y a Máximo (hijo), quien padecía psoriasis.
Las propiedades curativas del fango y el agua del quinto lago salado más grande del mundo hicieron que el patriarca de la familia decidiera invertir en la localidad. El hotel se construyó en etapas, entre 1940 y 1945. En total, tenía 84 habitaciones.
El ala principal era la más lujosa. Contaba con pisos de granito, paredes recubiertas de mármol de Carrara importado de Italia y salones iluminados por arañas de bronce con estalactitas de cristal. Era el único lugar del hotel que poseía aire acondicionado central y calefacción.
En planta baja tenía una sucursal bancaria, central telefónica, peluquería y sucursal de correo. Actualmente, solo es posible conocer la terraza de esta parte. Un punto estratégico para ver cómo el sol cae sobre el agua.
El Viena tenía su cámara frigorífica, donde se conservaban los cerdos y las aves de corral provenientes del propio criadero del hotel, y una proveeduría con latas de conserva como para alimentar a 100 personas durante un mes, además de panadería propia.
Tenía también un pabellón termal donde se aplicaba fangoterapia y balneoterapia, pileta, dos muelles, cocheras, surtidor de combustible de uso exclusivo para los huéspedes, taller mecánico y fábrica de hielo propia.
Era como una pequeña ciudad para las personas con buena posición económica.
En marzo de 1946, sin embargo, los dueños sellaron las persianas y se retiraron del lugar. El Hotel Viena cerró oficialmente en 1947, luego reabrió en 1962 y a partir de allí tuvo aperturas parciales. Desde entonces sufrió daños por robos, saqueos y por falta de mantenimiento. Pero lo que terminó de destruirlo fue la inundación de 1977, que tapó el 60 por ciento del pueblo. El Viena quedó en pie, en el mismo borde de la laguna. No fue devastado pero la fachada, por la erosión del agua, se derrumbó.
Al atardecer tomamos excursión en lancha a buscar los rosados flamencos, vamos hacia la desembocadura del río Xanaes, uno de los que alimenta la laguna, generalmente, dice nuestro capitán es aquí donde se concentran más las aves. Ha pasado todo el día una avioneta y las aves se mudaron a la otra orilla, tenemos suerte, nuestro paseo se prolonga por la laguna. Y allí las vemos, se detiene el motor, enmudecemos y nos acercamos lentamente, preparamos nuestras cámaras, algunas mas recelosas levantan vuelo mientras otras ignorándonos siguen buscando sus Sea-Monkeys que nunca pude ver en las peceras con gigantes lupas en las vidrieras de las veterinarias donde los vendían. Seguramente ellas tendrán más suerte. O será por eso que siempre están con el pico bajo el agua busca que te busca?