Villa del Soriano. Uruguay
En publicaciones anteriores hemos hablado de la Villa del soriano en general.
Aquí hay mucho por conocer y trataremos de ir contandoles pasó a paso cada rinconcito de este maravilloso pueblo
La Iglesia Santo Domingo de Soriano
Uno de los principales atractivos turísticos del lugar, una verdadera reliquia colonial de un enorme valor histórico, se impone, en todo su esplendor, en la calle Cabildo. Fue y es la primera Capilla levantada del país, la Iglesia , en su actual emplazamiento está desde 1780. Originalmente fue construida en 1625, se llamó “San Francisco de Olivares”.
Cuatro veces cambiaron su ubicación y muchos fueron los curas que por allí pasaron. Estuvo a cargo de curas “demasiado progresistas” que impartían prédicas revolucionarias para la época. Época en la que sostener que los indígenas que ya habitaban estas tierras orientales eran seres tan humanos como los españoles, e incluso merecedores de los mismos derechos, fue demasiado subversivo, tan inaceptable que, como represalia, en 1811 los españoles bombardearon la villa destruyendo la mayor parte del pueblo.
En 1815, los vecinos pobladores llevaron a cabo la reconstrucción de esta iglesia que el Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, en su diario de viaje en 1815, cita y describe como el primer lugar consagrado a “el Dios verdadero” en la Provincia Oriental: “Al entrar en este templo me sentí poseído de un respeto y devoción extraordinaria al considerar que éste fue el primer lugar consagrado al Dios verdadero en esta nuestra Provincia Oriental, matriz de toda esta campaña…” Pero esta Iglesia tiene una importancia mucho más allá de las consideraciones
Algunos datos históricos que sorprenden
Es por esa isla, la Isla de Vizcaíno, que, en 1611, Hernandarias introduce ganado al territorio, por primera vez..
En 1791, Santo Domingo Soriano acuna el nacimiento de Manuel Artigas, el hijo de José Gervasio Artigas con Doña Isabel Sánchez, aún hoy al caminar nos podemos sentar a matear con algún bisnieto
El 21 de mayo de 1802, el Rey Carlos IV de España le otorga a esta población, por Real Cédula, el rango de “Villa Santo Domingo Soriano y Puerto de la Salud del Río Negro”. Varios historiadores concuerdan en que el Rey Carlos IV tenía conocimiento y confianza en las virtudes curativas de las aguas del Río Negro, y que ella, incluso, era llevada en toneles para la Corona Española. Entonces, no ha de sorprendernos que el propio Rey de España, Carlos IV, a principios del siglo XIX, la bautizara como “La Muy Noble, Leal y Valerosa Santo Domingo de Soriano, Puerto de la Salud del Río Negro”.
Y la época. Época en la que sostener que los indígenas que ya habitaban estas tierras orientales eran seres tan humanos como los españoles, e incluso merecedores de los mismos derechos, fue demasiado subversivo, tan inaceptable que, como represalia, en 1811 los españoles bombardearon la villa destruyendo la mayor parte del pueblo.
En 1815, los vecinos pobladores llevaron a cabo la reconstrucción de esta iglesia que el Presbítero Dámaso Antonio Larrañaga, en su diario de viaje en 1815, cita y describe como el primer lugar consagrado a “el Dios verdadero” en la Provincia Oriental: “Al entrar en este templo me sentí poseído de un respeto y devoción extraordinaria al considerar que éste fue el primer lugar consagrado al Dios verdadero en esta nuestra Provincia Oriental, matriz de toda esta campaña…”
Sus símbolos
Mención aparte merecen sus figuras religiosas, encontrándonos entre ellas con algunas de talla indígena.
En el Altar Mayor, advocando al patrono del pueblo, se encuentra la imagen de Santo Domingo de Guzmán, quien fuera creador de la Orden de los Dominicos o Dominicanos, a quien, según la leyenda, revelara la Virgen Maria el secreto del Rosario.
A la derecha del Altar, se puede apreciar una de las figuras más destacadas de la capilla: el Cristo articulado.
De talla netamente indígena y pelo natural, este tipo de figuras fueron propagadas luego del Concilio de Trento, dentro de la llamada Contrarreforma. Eran utilizados en los rituales de Descendimiento en los que se recreaban escenas de la Pasión de Cristo. En Villa Soriano, en la tarde de los Viernes Santos, se descuelga el Cristo y se realiza un emotivo Vía Crucis, para luego depositarlo en su lecho de muerte.
Flanqueando al cristo articulado se encuentran las imágenes de San Juan Evangelista y la Virgen de los Dolores. Esta última, traída desde el Perú, se presume que constituya una talla Inca.
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Mientras que a la izquierda del Altar Mayor se observan las imágenes de Nuestra Señora del Rosario, San Juan Evangelista y San Francisco de Asís, en las cuales se pueden apreciar unos marcados rasgos indígenas, especialmente en las facciones de las esculturas.
Otro de los objetos que llaman en gran manera la atención del publico es un cuadro ubicado cerca de la entrada principal del templo, a la izquierda, en el cual se reproduce la imagen de “La Última Cena”, de Davinci; pero, además de todo el misterio que encierra la celebre obra, lo más curioso es el elaborado marco que rodea la obra, coronado por un poco disimulado Delta Luminoso, símbolo constituido por un ojo inserto en una pirámide de la que se expanden rayos de luz, muy utilizado en la masonería
Hoy importantes trabajos están realizando en sus cimientos porque el agua hacia tambalear el templo.
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