Ahora si bien descansados por la mañana temprano
llegamos a Apóstoles. Ciudad prolija, con hermosos y exuberantes jardines.
Y ya teníamos
vestigios pegados de estar por tierra misionera. Poniendo proa al este es que tomamos
la ruta provincial 2 que va bordeando
el río Uruguay, en frente los
morros de Brasil cultivados, verdes, cautivantes.
Llegamos al camping de Panambi, gratis, prolijo, con duchas y sanitarios y piletas para lavar la vajilla, recargamos
agua, usamos los
220 v. del camping para la juguera y repusimos
nuestras baterías personales para poder continuar.. el camión
es lindo, pero a veces es lindo también comer en una mesa en tierra firme contactándose con la naturaleza.
Vista
del río Uruguay desde la ruta 2
camino al Soberbio.
En el camino pasamos por las misiones jesuíticas
guaraníes de Santa María la Mayor que en el viaje anterior no las
visitamos en su totalidad
por falta de tiempo. Ahora si las podemos recorrer y nos metemos en el sendero selvático que va hacia el ojo de agua donde los
guaraníes la tenían por agua sagrada,
es una caminata
que lleva mas de 4hs entre la selva. Allá arriba llueve torrencialmente, pero bajo los árboles nos
mantenemos secos, aunque debo confesar un poquito asustados.
Estamos solos, entre malezas, víboras, arañas y quien sabe los bichos
que no vemos
pero
ellos si nos vigilan.
Llevamos
agua, el gas
pimienta de defensa,
los bastones, muchísimo
repelente puesto y ropa de mangas largas y gruesa mas las botas adecuadas, nada nos
puede pasar.
Nos vamos metiendo
en cada pueblito que encontramos, Colonia Aurora, Colonia Alicia, pero como ha llovido y las calles
son sin asfaltar,
sin empedrar, puro barro, cada subida y bajada resultan inquietantes.
Finalmente llegamos al Soberbio
Parada obligada dirección de turismo, donde nos informan de las distintas opciones que hay para acampar.
Decidimos ir al “camping Do Mario” a orillas del río Uruguay.
Tiene una pileta no muy grande pero suficientemente confortable, muy cómodas
instalaciones, un grandísimo quincho con parrilla, zona wifi, hermosos baños y la gente es muy amable. Los precios
accesibles, pero no muy baratos, solo accesibles. (80$ por persona).
Cuando llegamos había un motorhome
de origen alemán
con un matrimonio
que entablamos amistad, ella Margarita muy preocupada por aprender
el idioma a la perfección,
le di algunas clases
de lengua argentina
en el borde de la pileta mientras tomabamos
sol. Él: Jensz, construyó
con sus propias
manos su casa sobre un camión
rezago del ejercito alemán, su nombre,
el de la casa: Knut (no significa
nada, es inventado)
Nos pasamos tres días espectaculares y seguimos a la casa de Lucila nuestra amiga de San Vicente