Un cementerio de barcos de gran porte flota en el canal que baña las costas de la Isla Santiago en el amarradero de la Escuela Naval de la Armada. Las inmensas estructuras sufrieron los embistes de las tormentas y quedaron a la deriva, generando preocupación por el impacto ambiental y el riesgo de colisiones.

Uno de ellos es el Astra Federico fue botado el 17 de diciembre de 1977 y lo construyó el Fondo de la Marina Mercante, con el primer nombre de Ciudad de San Fernando. En 1981 fue transferido a Astramar, una compañía nacional de navegación, donde lo rebautizaron con el nombre definitivo. En 1992, la Secretaría de Transportes del Ministerio de Obras y Servicios Públicos le cedió el uso gratuito al Servicio de Transportes Navales. En esta etapa permaneció inactivo en el muelle de Dársena Sud hasta el 2006, cuando fue movido a la antigua dársena de acorazados en Río Santiago, cada tanto se cruza de lado a lado en el canal, a la deriva cuando alguna de sus amarras se sueltan.



Los tres buques presentan un estado deplorable y no cuentan con señalización ni sistema de balizamiento tal como lo indica la ley de navegación N° 20.094 y las Ordenanzas Marítimas .
Desde la Armada admitieron que como no había un lugar físico para amarrarlos en Capital Federal, los trajeron a la zona ribereña de nuestra región; a pesar de que los canales son bajos y angostos para semejantes estructuras, están dentro de todo escondidos. Estaban en la sección de Transporte Naval, en frente del Casino Flotante “Situación que perjudica al turismo, porque no es bueno para la vista de los turistas”, expresaron. Turistas que van al casino? les importa la naturaleza¡ en cambio aqui las Isla Santiago e Isla Paulino, características de reserva natural representativa de la selva subtropical más austral del mundo, donde si llegan turistas apasionados por la naturaleza y la cacería fotografica, además la navegación está limitada por estos buques. La ley nacional N° 20.094 de Navegación y la ley 18.398 de Prefectura Naval, en varios artículos señalan que los ríos deben ser de libre circulación: “Las naves que se hallen hundidas o encalladas en aguas jurisdiccionales argentinas constituyen un obstáculo y un peligro para el resto de las embarcaciones, por lo que deben ser extraídas o demolidas”.
desde la Armada reconocieron el problema ecológico que se podría llegar a ocasionar, pero sostienen que no tienen herramientas para solucionar este error en el manejo de los barcos.

Además, se viola la ley provincial 12.756 de Paisaje Protegido, que sustenta que por ecoturístico se entiende al desarrollo del turismo asociado a la preservación integral de las condiciones naturales de la Isla Santiago.
las dos naves salieron de funcionamiento en 1992 quedando abandonadas. Encontrándose en un estado de irreversible recupero

